Chillaos, una antigua cultura de grandes guerreros asentados en las montañas nubosas de Amazonas. Personajes indomables y aguerridos ante los incas, ya que su poder provenía de una bebida sagrada. Según los relatos de nuestros bisabuelos, hijos de los chillaos, estos valientes luchadores fueron los primeros en cultivar café en las zonas geográficas más riesgosas.

Poco a poco descubrieron que el café más delicioso y energizante crece en las zonas más altas, más verdes, más frías y más nubosas. Buscando este paraíso para el cultivo, encontraron tres montañas que eran nombradas según su altura: Sacha Puka (traducido del quechua como Montaña Roja), Sacha Yuraq (Montaña Blanca) y Sacha Yana (Montaña Negra).

En épocas de batalla, para animar al pueblo y para que las mujeres pudieran despedirse de sus maridos e hijos no con tristeza sino con esperanza, era una tradición preparar el café de estas tres montañas. Antes de la batalla, los guerreros lo tomaban para obtener fuerza y energía, perdiendo el miedo y adquiriendo más valor. Cuando los chillaos regresaban victoriosos de la lucha, tomaban una vez más la bebida que los hizo ganadores.

Ahora nosotros, caficultores descendientes de los chillaos que vivían en los lugares más riesgosos, cultivamos y producimos el café más fino desde las fincas más altas de la provincia de Luya. Nos asentamos en el pueblo de Luya en los siglos XVIII y XIX, dedicándose al cultivo de una semilla que se divide en el centro de manera similar a cómo el río Amazonas parte el continente y hace una curva semejante al movimiento de una anaconda entre las montañas altas.

Así, creímos que nuestra historia comenzaba de nuevo, relacionada con el arábica. Mezclamos nuestro origen con el pasado ancestral y con la actividad presente, rescatando la creencia de que somos guerreros indomables y aguerridos, bendecidos por nuestros ancestros de Luya para cultivar un grano inigualable. Esto nos permitió, una vez más, producir una bebida sagrada que proporciona energía, felicidad y mejora la vida de los descendientes de Chillaos, otorgándoles más privilegios que a otros pueblos dedicados principalmente a la siembra de maíz y frijol.